viernes, 21 de marzo de 2008

El error más grave que los hombres cometen con las mujeres y qué hacer para evitarlo.





Error capital número 1: Ser demasiado buena persona

¿Cuántas mujeres conoces que se sientan atraídas por hombres de carácter siempre complaciente y fácilmente manejable?

No muchas... ¿no?

Y de entre las que conoces (si es que conoces alguna) ¿A cuántas de ellas describirías como físicamente atractivas o incluso muy atractivas?

Ummm... menos todabia... ¿me equivoco?

No, no lo creo.

Es más, me veo en lo cierto con respecto a esto.

La evidencia señala que las mujeres escogen a los hombres dominadas (puedes decir poseídas si eso te hace sentir mejor) por un impulso visceral de naturaleza enteramente emocional.

Sí, es correcto.

100% emoción, 0% raciocinio.

Su elección NO es voluntaria ni razonada.

NO es una elección que se sustente en consideraciones tales como ¿Qué es lo que más me conviene?

En absoluto.

¡Pero si ni siquiera es una elección que se tome a nivel consciente! ¿Cómo podría entonces estar sometida al análisis y juicio de la mente racional, sólo presente en el entonces eludido plano de la consciencia?

Simplemente, no puede estarlo... y no lo está.

Repite conmigo:

La atracción no es una elección. La atracción no es una elección. La atracción no es una elección.

¿Ya ha quedado cristalinamente claro? ¿O seguimos repitiéndolo juntos?

Mira, ellas no pueden decidir sentirse atraídas por un determinado hombre. En realidad, no pueden forzarse a sentirse atraídas por nadie.

Aunque se lo propusieran con todas sus energías, no lo lograrían y, por si tenías la menor duda, tampoco van a intentarlo.

La atracción es algo que simplemente sucede, o no.

Entonces ¿qué hacer?

¿Hay alguna estrategia que podamos poner en práctica para conseguir que una mujer sienta hacia nosotros esa, tan deseable, clase de atracción visceral que las domina y controla totalmente?

Sí, de hecho sí la hay. Gracias por preguntar.

En este blog te describiré detalladamente el conjunto de actitudes, convicciones internas y comportamientos que debes exteriorizar para provocar en las mujeres ese tipo de atracción intensa que te convertirá en un potente imán para ellas.

Conseguirás así que las mujeres atractivas revoloteen a tu alrededor y tendrás la magnífica oportunidad de decidir cuál o cuáles de ellas te interesan. Creeme, es una sensación maravillosa.

Mientras tanto, y como sé que estás impaciente por saber más sobre el tema, voy a presentarte el problema desde una perspectiva en negativo, que arroja una intensa luz reveladora sobre él.

Voy a enseñarte qué NO debes hacer y cuáles de las cosas que haces actualmente están devastando tu poder seductivo. ¿Preparado? ¿Listo?

GO!

Empecemos con el baño de realidad. ... ¡Deja de ser un lame botas!

¡Deja de amoldarte todo el tiempo a su voluntad y capricho!

¡Deja de ser un corderito manso!

¡Deja de decir que SÍ a todas sus propuestas!

¡Deja de ponerla en un altar en el centro de tu universo!

¡Deja de estar siempre disponible para ella!

¡Tene una vida al margen de su existencia, y se autosuficiente!

Vos lo agradecerás... Ella también... y más aún su relación.

¿Sos culpable de haber cometido, o peor aún, estar cometiendo estos errores en tus relaciones con las mujeres?

¿Fuiste de esos que dicen que SÍ a todo y cuyas expresiones más repetidas son:

- no sé, a mi me da igual.

o

- lo que vos quieras, mi vida?

¿Anulaste totalmente tu capacidad de juicio y decisión y las pusiste en manos de ella?

¡Uf! Duele admitirlo ¿eh?

Es como un banquete de culpabilidad que atraviesa el corazón. Lo sé, yo también sentí lo mismo cuando descubrí los graves errores que había estado cometiendo.

Pero tranquilo, no estás sólo. Para tu consuelo, tengo que decirte que casi todos han pecado de estos mismos errores en algún momento de sus vidas.

En nuestro intento por complacer a las mujeres, les prestamos una atención total, exclusiva y sin fisuras.

Creemos, equivocadamente, que así conseguiremos gustarles.

Las convertimos en el centro de nuestro universo, las llamamos por teléfono insistentemente y cedemos a todas sus peticiones y caprichos.

De este modo, pensamos erróneamente, no podrán escapar a nuestro encanto y se enamorarán perdidamente de nosotros.

Déjame decirte algo.

No va a suceder.

Al menos, no de ese modo.

Más bien, pasara lo contrario.

¿Lo contrario? ¿Por qué?

Porque cuando un hombre se comporta de esta manera ante una mujer, inadvertidamente está emitiendo unas señales que, no por involuntarias, dejan de ser a la vez claras e intensas.

¿Qué dicen esas señales?

Sencillo. Dicen...

Soy débil y dependiente. Mi vida no tiene un interés significativo. No tengo metas sólidas y ando a la deriva, sin rumbo definido.

No estoy acostumbrado a que se interesen por mí. Siempre soy yo quien persigue, y no sé siquiera qué es sentirse perseguido.

No merezco la pena.

Mi carácter es frágil. Soy un pusilánime y, desde luego, no me siento ganador.

Por eso, necesito llenar mi vida al 100% contigo. Necesito depender de ti. Necesito que me rescates.

...

Sí, así es. Tan duro como pueda resultar, eso es lo que esas fuertes e invisibles señales transmiten.

Eras vos quien quería saberlo ¿Te acordas?

Quizás ahora te sientas dolido, incluso tentado a pensar que no tengo razón, que estoy totalmente equivocado y que no tengo ni idea de lo que hablo.

Lo esperaba.

Al fin y al cabo, lo que acabo de decirte posiblemente colisiona frontalmente con lo que tu mama, y el convencionalismo social aprendido durante años, te ha enseñado sobre cómo tratar a las mujeres.

Sin duda, te han dicho o has oído cosas como:

Tenes que ser dulce con las mujeres, abriles la puerta para que entren y salgan antes que vos, deciles lo lindas que están, vos tenes que ser quien pague siempre la cuenta del restaurante, comprales regalos, se amable con ellas, desvívete por ellas...

Bla, bla, bla, bla

En definitiva, te han sugerido que establezcas una clara jerarquía entre tu pareja y vos, en la que ella quede en un nivel netamente superior al tuyo. Así se dará cuenta de lo importante que es para ti y conseguirás atraerla y enamorarla.

¿Bonito? Puede, pero...

¡Tremendo disparate contraproducente!

Es hora de que dejes atrás todas esas falsas creencias que te están perjudicando y no hacen sino anular tu magnetismo con las mujeres.

Ha llegado el momento de que los sustituyas por juicios más sofisticados y una comprensión más acabada y próxima a la realidad.

Creeme. Es por tu bien. Cuanto antes lo hagas, mejor.

De verdad. Al fin y al cabo, ¿Cuándo fue la última vez que tu mama tuvo una cita?

Y... dejame adivinarlo: fue con una mujer?

Ella (por ser mujer) puede creer saber lo que las mujeres desean. Suena lógico y razonable ¿no?

Y... sin embargo es sólo una fantasía. En realidad, ni ella ni ninguna otra mujer puede expresar con palabras la verdad de lo que desea. Y no es porque no quiera, sino porque en realidad lo desconoce.

Sólo los actos de una mujer revelan sus verdaderos anhelos.

Estamos aca una vez mas ante la típica hipocresía entre lo que creemos querer y lo que realmente queremos. Es una distinción esencial.

Ese mismo desconocimiento de los verdaderos deseos femeninos, lleva a la mayoría de los hombres a fracasar en sus intentos de atraer a las mujeres que desean y los fuerza a vivir una vida de conformismo y mediocridad sexual.

Pero eso no te sucederá a ti. Ya has dado el primer paso.

¡Ojo con esto! tampoco estoy sugiriendo que te comportes como un arrogante egoísta, sin escrúpulos y sin prestarle la más mínima atención a ella.

Más bien, propongo que empieces a equilibrar la balanza, que restablezcas el equilibrio perdido largo tiempo atrás, que niveles el campo de juego, que opongas cierta resistencia y mantengas la tensión.

Al fin y al cabo, la atracción no es otra cosa que eso: UNA TENSION EMOCIONAL!

Me despido dejándoles el mejor de los éxitos.

Saludos!!!

El Bandolero_inthenight.-

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